Cuentos, leyenda e increíbles relatos del mundo ajedrecístico

Ajedrez Arabe

Conquista Arabe sobre India


Uno de los registros literarios más antiguos sobre el ajedrez es el poema persa Karnamak-i-Artakhshatr-i-Papakan, escrito en el siglo VI, y, a partir de esta era, su evolución está mejor documentada y ampliamente aceptada en el mundo académico. Tras la conquista de Persia por los árabes, éstos asimilaron el juego y lo difundieron en Occidente, llevándolo al norte de África y Europa, e incluso la actual España e Italia alrededor del siglo X, desde donde se extendió al resto del continente llegando a la región de Escandinavia e Islandia. En Oriente, el ajedrez se ha expandido desde su versión china, el Xiangqi, a Corea y Japón en el siglo X.

Cuando los árabes dominaron Persia en 651, el Profeta Mahoma ya había muerto, lo que provocó un largo debate entre los teólogos islámicos sobre la legalidad del juego la práctica. Por último, se permitió sus prácticas bajo determinadas condiciones, que incluían no apostar, no llevar a disputas o blasfemia, y a no representar las piezas figurativamente.

El juego se hizo popular entre los califas como Harún al-Rashid, que patroneaban los mejores jugadores de su corte, y al final del siglo IX, fue ampliamente aceptado y difundido en el mundo árabe, siendo llevado al norte de África, Sicilia y la península ibérica. Entonces surgieron los primeros grandes jugadores, destacados en sus tiempos, por la capacidad de jugar incluso dando ventajas de peones y hasta torres a sus oponentes. Al-Adli, Al-Razi y As-Suli fueron los grandes nombres de este período, habiéndose destacado tanto en el ajedrez como en las artes y ciencias.

Los árabes fueron los primeros en estudiar con un fases del método de análisis de las aperturas, medio juego y finales, tratando de explotar las debilidades existentes en cada uno de ellos. Crearon numerosos problemas, llamados mansūbāt, representando los finales típicos de una partida, utilizando las reglas de Shatranj, versión arabizada del Chatrang persa. De este período también es la primera referencia a una partida de ajedrez a ciegas, relatado por Al-Safadi en un manuscrito árabe del siglo XIV.
La expansión hacia el occidente del ajedrez se debe a los musulmanes. La conquista de la India no se inicia hasta la segunda mitad del siglo VIII, aunque para entonces el ajedrez ya se había conquistado a partir del 640. La primera mención expresa al ajedrez en un texto persa del 600. La influencia persa se rastrea en algunas palabras como «alfil», que deriva de la palabra árabe «al-fil», ‘elefante’, que era lo que antiguamente representaba. La expresión «dar jaque», amenazar al rey, viene de Sha, rey de los persas y Sha mat significa «el rey ha muerto».

Los primeros maestros conocidos vivieron en Persia. Se llamaban Abú-Gafiz, segunda mitad del siglo VIII y Zairab, primera mitad del siglo IX. Este último tuvo un esclavo llamado Mainal Jadim que se hizo famoso componiendo finales. Aunque seguramente los jugadores más conocidos de la época fueron al-Sulí, (880-946) y Aladino al-Tabriz, segunda mitad del siglo XIV, cuya fama duró siglos.

La composición de finales fue muy popular en el ajedrez de esta época. Estas composiciones se llamaban mansubas. Los manuscritos más antiguos consagrados íntegramente al ajedrez son árabes. Las mansubas aparecen en Bagdad durante la edad de oro de esta ciudad. Y se cambia el nombre del juego de chaturanga a shatranj, que derivará en ajedrez. Hacia 840 al-Adli, considerado el mejor jugador de su tiempo escribe su «Libro de ajedrez», cuyo original se ha perdido.


En el 847 al-Razi escribe Elegancia en el ajedrez y un siglo más tarde al-Sulí (946) escribe su Libro de ajedrez en dos volúmenes. En 1140 Rabrab presenta su Libro de problemas de ajedrez, en el que aparece por primera vez un estudio sobre los finales de rey y torre contra rey y alfil.



A comienzos del siglo IX el califa de Bagdad Harún al-Rashid (766-809) 
ofrece a Carlomagno (768-814) un ajedrez de mármol, del que sólo se 
conservan algunas piezas en la biblioteca de París.


Las reglas del ajedrez árabe no son exactamente las mismas con las que se juega hoy en día. La dama y el alfil sólo podían avanzar dos casillas, el alfil podía saltar, en lugar del enroque existía el «salto del rey» que permitía saltar por encima de una casilla, los peones sólo se movían una casilla. El resultado es que las partidas eran muy lentas y para darle dinamismo al juego se inventaron las tabiyas (posiciones simétricas con las que por acuerdo de los jugadores comenzaba la partida), el alfil saltaba ya que en su cultura se identificaba con un camello que tenía superioridad sobre todos los animales.


Persia antigua y el Chatrang


Ilustración del libro Shāh-nāmeh, mostrando una partida en la corte persa.
El  Chatrang nâmag, es la primera evidencia literaria que describe las piezas de ajedrez y la llegada del chaturanga a Persia, aunque la datación del texto es polémica - los historiadores estiman que data entre los siglos VII y IX.
Hacia el siglo VII otro poema, Xusraw Kawadan ud redag, escrito en idioma pahlavi, menciona el chaturanga, el Ashtāpada y el nard, el predecesor de backgammon. Cosroes fue el Shah de Persia de 531-579 y entre las posibilidades existentes, sería el primero en recibir un conjunto de piezas de ajedrez provenientes de la India.
En la región de Persia fueron encontrados los restos arqueológicos más antiguos del juego, localizados en el sitio arqueológico de Afrasiab, cerca de la ciudad de Samarcanda, en el actual Uzbekistán. Las denominadas piezas de Afrasiab son siete en número (1 Rey, 1 Torre, 1 Visir, 2 Caballos y 2 Peones), con un tamaño medio de 3 cm, y fueron fechadas en el siglo VII.
Las primeras adaptaciones al chaturanga fueron la traducción del juego, que pasó a llamarse Chatrang, y de las piezas que mantuvieron el significado indio de representar en el juego los cuatro componentes del ejército en la época: carroscaballeríaelefantes montados y soldados reunidos más allá del soberano y su consejero. Los persas también introdujeron expresiones en el juego como Shah, actuajaque, utilizado para amenazar al rey adversario, Shāh-mat (jaque mate) que el rey emboscado, capturado o muerto, que indica el final de una partiday Shāh-rukh, que indica una doble amenaza al Rey y la Torre, que hasta entonces era la pieza más fuerte.
Desde el inicio el juego fue popular, habiéndose creado variantes citadas en diferentes manuscritos, como por ejemplo Murûj adh-dhahab y la enciclopedia Nafâ'is al-funûn, que describen un total de siete variantes practicadas en la época se han establecido, aunque eran ya desarrollado bajo el dominio árabe sobre Persia. La primera describe el ajedrez oblonga, el ajedrez decimal, el circular, celestial (al-Falakîya) y el Limbo (al-Jawârhîya). La segunda describe también el Ajedrez ciudadela (al-Husûn) y el ajedrez grande (al-Kabîr), conocido posteriormente como Ajedrez de Tamerlán.
Los persas introdujeron el chatrang en el Imperio Bizantino alrededor del siglo VII que fue asimilado con el nombre de zatrikion. Sin embargo, la primera evidencia de zatrikion de la cual es posible establecer una fecha correcta es del siglo XII, en un pasaje de la biografía del emperador Alejo I Comneno, escrita por su hija Ana Comneno




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